Hay una tendencia preocupante en algunas congregaciones, donde parece haber una pérdida del temor reverencial hacia Dios. Esta carencia se manifiesta en los distintos ministerios de la iglesia y en la vida personal de los asistentes. Algunas personas lo confunden con el miedo o con la tristeza, y piensan que es excluyente con el gozo. En la presente publicación, revisaremos qué nos dice la Biblia al respecto.
Es una orden
Hay varios versículos que sustentan que debemos tener temor de Dios. A continuación, mostramos algunos:
- «A Jehová de los ejércitos, a él santificad;sea él vuestro temor, y él sea vuestro miedo.» (Is. 8:13)
- «En pos de Jehová vuestro Dios andaréis; a él temeréis, guardaréis sus mandamientos y escucharéis su voz, a él serviréis, y a él seguiréis.» (Dt. 13:4).
- «temedle vosotros, descendencia toda de Israel» (Sal. 22:23c)
- «El fin de todo el discurso oído es este: Teme a Dios, y guarda sus mandamientos; porque esto es el todo del hombre.» (Ec. 12:13)
- «Honrad a todos. Amad a los hermanos. Temed a Dios. Honrad al rey.» (1 Pe. 2:17)
- «Ahora, pues, Israel, ¿qué pide Jehová tu Dios de ti, sino que temas a Jehová tu Dios, que andes en todos sus caminos, y que lo ames, y sirvas a Jehová tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma;» (Dt. 10:12)
- «Solamente temed a Jehová y servidle de verdad con todo vuestro corazón» (1 S. 12:24a), «diciendo a gran voz: Temed a Dios, y dadle gloria» (Ap. 14:7a)
- «Someteos unos a otros en el temor de Dios.» (Ef. 5:21)
En estos versículos, podemos ver claramente que los verbos se encuentran en imperativo, es decir son órdenes. Adicionalmente, vemos en estos versículos que el temor de Dios está relacionado con la santificación, con sus mandamientos, con el servicio a Dios, con el seguimiento a Dios, con la honra, con el amor, y con darle la gloria a Dios.
¿Por qué tener temor a Dios?
En primer lugar, debemos temer a Dios porque es una orden, como revisamos en el apartado anterior. No obstante, también debemos hacerlo porque:
- Dios es santo (Ap. 15:4)
- Dios es «Dios de dioses y Señor de señores, Dios grande, poderoso y temible» (Dt. 10:17)
- Debemos ser gratos por «cuán grandes cosas ha hecho por vosotros» (1 S. 12:24)
- En Dios «hay perdón» (Sal. 130:4)
- Dios ha hecho maravillas (Jos. 4:23, 24)
- La «hora de su juicio ha llegado» (Ap. 14:7b).
- Le complace/agrada a Dios (Sal. 147:11; 103:13; Hch. 10:35)
- Dios tiene misericordia (Sal. 103:11, 17; Lc. 1:50)
- Dios es nuestra ayuda y nuestro escudo (Sal. 115:11)
- En el temor de Dios está la fuerte confianza (Pr. 14:26)
- Dios bendecirá a los que le temen (Sal. 115:13)
En el mismo sentido, el temor de Dios es necesario para la adoración a Dios (Sal. 5:7; 89:7), el servicio a Dios (Sal. 2:11; He. 12:28), abstenerse del pecado (Éx. 20:20), el gobierno justo (2 S. 23:3), la administración imparcial de justicia (2 Cr. 19:6-9) y perfeccionar la santidad (2 Co. 7:1).
¿Cómo obtener temor de Dios?
Salomón, hijo de David, que también fue rey de Israel, «amó a Jehová, andando en los estatutos de su padre David; solamente sacrificaba y quemaba incienso en los lugares altos» (1 R. 3:3). Una noche en sueños, Dios le dijo: «Pide lo que quieras que yo te dé» (1 R. 3:5), y Salomón pidió «Da, pues, a tu siervo corazón entendido para juzgar a tu pueblo, y para discernir entre lo bueno y lo malo» (1 R. 3:9). La Escritura menciona que esto agradó al Señor, y que se le dio un «corazón sabio y entendido», además de «riquezas y gloria» y luego le dijo que «si anduvieres en mis caminos, guardando mis estatutos y mis mandamientos, como anduvo David tu padre, yo alargaré tus días.» (1 R. 3:11-14).
Con este antecedente, en el libro de Proverbios, Salomón señaló que «El principio de la sabiduría es el temor de Jehová; los insensatos desprecian la sabiduría y la enseñanza.» (Pr. 1:7). Evidentemente, Salomón conocía el temor de Dios, y muestra la forma de conocerlo y entenderlo a continuación:
«Hijo mío, si recibieres mis palabras, y mis mandamientos guardares dentro de ti, haciendo estar atento tu oído a la sabiduría; si inclinares tu corazón a la prudencia, Si clamares a la inteligencia, y a la prudencia dieres tu voz; si como a la plata la buscares, y la escudriñares como a tesoros, entonces entenderás el temor de Jehová, y hallarás el conocimiento de Dios.» (Pr. 2:1-5)
Salomón habla de «sus» palabras y «sus» mandamientos, pero es evidente que estos fueron recibidos de Dios. Es decir, Salomón apunta que la forma de obtener temor de Dios, es recibir, guardar y escudriñar la Palabra de Dios.
El autor del temor de Dios, es el mismo Dios, quien lo pone en nuestros corazones (Jer. 32:39-40), por lo cual debe ser pedido a Él en oración (Sal. 86:11).
Está vinculado a la reverencia y a la alegría
La Biblia ordena «Servid a Jehová con temor, y alegraos con temblor.» (Sal. 2:11). Es decir, el temor de Dios no es mutuamente excluyente con la alegría, sino que está vinculado. El temor de Dios también está vinculado a la reverencia, a la gratitud y al servicio a Dios, las Escrituras mencionan «Así que, recibiendo nosotros un reino inconmovible, tengamos gratitud, y mediante ella sirvamos a Dios agradándole con temor y reverencia;» (He. 12:28), y el salmista le dice a Dios «Pero en ti hay perdón, para que seas reverenciado« (Sal. 130:4). Basado en lo expuesto, se puede tener temor de Dios, con alegría y con reverencia.
Es una característica de los cristianos
El libro de Hechos relata que las iglesias tenían paz y eran edificadas, andando con temor del Señor en Judea, Galilea y Samaria (Hch. 9:31).
El temor de Dios es una característica de los bienaventurados (Sal. 112:1; 115:13). Los que temen a Dios hablan entre sí de cosas santas (Mal. 3:16), no deben sentir temor de los hombres (Is. 8:12, 13; Mt. 10:28), sus deseos son satisfechos por Dios (Sal. 145:19), tienen una vida más larga (Pr. 10:27, Ec. 8:12-13), viven llenos de reposo, no serán visitados por el mal (Pr. 16:6, Pr. 19:23), y les irá bien (Ec. 8:12-13).
Los cristianos deben demostrar su temor a Dios en el trabajo (Col. 3:22), demostrarlo al dar razón de su esperanza (1 P. 3:15), mantenerlo constantemente (Dt. 14:23; Jos. 4:24; Pr. 23:17) y enseñarlo a los demás (Sal. 34:11).
Otros ejemplos de personas con temor de Dios
Noé preparó con temor el arca (He. 11:7). Antes de que Abraham ofrezca su hijo en holocausto, el ángel de Jehová le dijo que no lo mate porque ya conoce que teme a Dios (Gn. 22:12). Al tercer día de cárcel de sus hermanos, José les dijo que él teme a Dios (Gn. 42:18). Cuando Abdías encontró a Elías, le dijo que él teme a Jehová desde su juventud (1 R. 18:12). Nehemías enfatiza que él no abrumará al pueblo a causa del temor de Dios (Neh 5:15). El libro de Job inicia señalando que Job era temeroso de Dios (Job 1:1), lo cual fue destacado por Jehová ante Satanás (Job 1:8). Cornelio, el centurión romano, era piadoso y temeroso de Dios con toda su casa (Hch. 10:2)
El temor de Dios es también descrito en la Biblia como «aborrecer el mal» (Pr. 8:13) , «la sabiduría» (Job 28:28), un «tesoro» (Is. 33:6), un «manantial de vida para apartarse de los lazos de la muerte» (Pr. 14:27), y como «limpio, que permanece para siempre» (Sal. 19:9).
Finalmente, es importante recordar que «Mejor es lo poco con el temor de Jehová, que el gran tesoro donde hay turbación.» (Pr. 15:16).
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