En primera instancia, es importante definir la palabra «rito». Según la RAE, proviene del latín ritus y tiene los siguientes significados: «1. Costumbre o ceremonia.» y «2. Conjunto de reglas establecidas para el culto y ceremonias religiosas.»
En ese sentido, para responder si debemos o no realizar ritos, tenemos que revisar qué nos dice la Biblia acerca de las costumbres. En la Biblia, encontramos ambos casos, es decir costumbres que no debemos hacer y costumbres que sí.
Por ejemplo, en 1 Corintios 11:16 se habla de costumbres que la iglesia de Dios no debe tener, «Con todo eso, si alguno quiere ser contencioso, nosotros no tenemos tal costumbre, ni las iglesias de Dios.», pero en 1 Corintios 15:33 se reconoce que existen buenas costumbres, «No erréis; las malas conversaciones corrompen las buenas costumbres.»
Entre las varias buenas costumbres, tenemos la de congregarnos y la de exhortar, tal como lo indica Hebreos 10:25, «no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca.»
En Hechos 16:19-21, Pablo y Silas fueron prendidos y la acusación fue «Estos hombres, siendo judíos, alborotan nuestra ciudad, y enseñan costumbres que no nos es lícito recibir ni hacer, pues somos romanos».
Tener buenas costumbres no es un motivo de avaricia o tristeza, al contrario, Hebreros 13:5 establece que «Sean vuestras costumbres sin avaricia, contentos con lo que tenéis ahora; porque él dijo: No te desampararé, ni te dejaré;»
Es importante señalar que Efesios 2:8-9 indica que «Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe.»
En conclusión, no sólo que existen ritos o costumbres permitidos, sino que debemos realizar, pero sin olvidar que no son una condición para nuestra salvación, la cual recibimos por gracia.
Excelente artículo mi estimado amigo, como se dice: «Corto, pero espeso» muy claro. Felicitaciones!